La industria alimentaria en el mundo es un sector muy dinámico, en que los consumidores asocian alimentos de calidad con una buena salud. Para cumplir con lo anterior y enfrentar amenazas a la salud humana y el bio-terrorismo; las principales economías del planeta han desarrollado un estricto marco normativo respecto de la autenticidad y calidad de los productos transables que abastecen sus mercados.
Por lo mismo, el comercio internacional de alimentos evoluciona hacia la complejidad. Recordemos la autodenuncia de contaminación con la bacteria Listeria monocytogenes, en partidas de frutas de carozo de origen nacional, recibidas por cadenas norteamericanas de supermercados, situación que puso en estado de alerta a la industria exportadora del país. Otro ejemplo, es la contaminación por listeria ocurrida en Europa en 2018, sucedida a más de 100 países, lo cual tuvo un daño económico por más de US$35 millones a la empresa.
El marco normativo internacional, en estas circunstancias, es claro y preciso. Por ello, las empresas chilenas o filiales internacionales instaladas en el país, que exportan alimentos a estos mercados, deben contar con sistemas trazables de gestión de procesos productivos o comerciales.
Entonces, sabemos que los procesos productivos y comerciales de la industria alimentaria dan lugar a un alto volumen de transacciones, que generan niveles masivos de información crítica, que debe ser trazable, verificable e inalterada. Por esto, en especial las medianas y grandes empresas de este sector, requieren disponer de plataformas de gestión que incluyen características de trazabilidad y seguridad específicas para la gestión de sus procesos. Y, además, muchas de ellas han iniciado o cuentan con procesos de digitalización y/o transformación digital, entregando la posibilidad de integrar nuevas tecnologías, como Inteligencia Artificial, Analítica sobre BigData, Internet de las cosas, Blockchain, entre otras.
En este punto, la tecnología Blockchain actúa como un agente de confianza entre los diferentes actores de un sistema, sea éste abierto o cerrado, lo que constituye una alternativa de mayor eficiencia y eficacia para atender las dificultades encontradas.
Esta tecnología cuenta con múltiples atributos, entre ellos los más destacados para la industria agroalimentaria son:
● Auditoria Instantánea: el sistema es auditable por el mismo usuario o cliente.
● Amplio alcance: el sistema permite el control interno de procesos, así como las transacciones con proveedores, compradores, intermediarios y clientes finales.
● Seguridad: las bases de datos centralizadas, son vulnerables a manipulaciones y ataques. Aquellas protegidas por Blockchain, constituye una tecnología segura e inviolable; que permite realizar copias de seguridad de datos sensibles sin peligro de pérdida de información crítica.
● Creación de valor mediante la economía de tokens: ofrece a sus clientes un token valioso vinculado a su negocio. Este token puede representar valor, puntos de fidelidad, propiedad de un activo digital, de acuerdo al tipo de negocio en que se aplica.
● Contratos inteligentes: permiten alcanzar acuerdos de forma automática mediante contratos escritos por código que se autoejecutan en la cadena de bloques. Permite ofrecer a proveedores o clientes una forma de integrar sus comerciales de forma segura y confiable.
Sin duda, situaciones como las expuestas en el caso de la listeria, requieren contar con sistemas ágiles de reacción, basados en la integración de los sistemas convencionales con nuevas tecnologías como Blockchain e Inteligencia Artificial, las cuales se plantean como un complemento eficaz para la gestión de la información crítica trazable para empresas de estratégicas de nuestra economía, como es el caso de la industria agroalimentaria.