-¿Chile está incorporando tecnologías Blockchain?
– Sí, en Chile se están dando los primeros casos de uso. Si bien la penetración aún es marginal, sabemos que hay un gran potencial, impulsado por las capacidades de trazabilidad y por la demanda internacional.
-¿Qué sectores la están usando?
-La están empezando a evaluar la minería, banca, seguros, logística y alimentos; mientras, que en laboratorios farmacéuticos y comercio se empezó a usar con más fuerza. Esta primera etapa de blockchain debiera entrar en forma importante para todos los procesos en los cuales se requiere trazabilidad tanto de productos como de documentos y contratos.
-¿Dónde hay oportunidades para incorporar este tipo de tecnología en el país?
-Básicamente, hoy estamos en una primera etapa de blockchain. Y lo cierto es que se puede incorporar donde se necesite trazabilidad e inviolabilidad de la información. Por ejemplo, en el caso de la pequeña y mediana minería, donde la trazabilidad y certificación de sus operaciones y de la ley de mineral es un tema relevante, frente a los organismos a los que se entrega su producción.
Algo similar ocurre con los productores hortofrutícolas, donde la certificación de su producción es gravitante a la hora de entregar su producción a los mayoristas o exportadores.
En la industria del plástico y del reciclado sucederá algo similar, y estos requerimientos vendrán de un mercado cada vez más exigente y consciente con el daño medioambiental. La ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) debiera impulsar la trazabilidad de todos los productos a reciclar, envases, residuos y otros con el objeto de poder hacer trazabilidad de estos.
-¿Qué falta para aumentar su uso? ¿Regulación?
-La regulación vendrá una vez que su uso sea más masivo, porque se va a requerir. El mercado global así lo va a exigir y las empresas deberán adoptar el blockchain o quedarán fuera de la cadena de valor. Como ejemplo, un comprador de salmones querrá conocer la historia de su salmón, de dónde proviene y cuál fue su cadena de frío, es decir tener trazabilidad de la producción y logística de ese salmón, desde la piscina (jaula) de cultivo hasta que llega a su mesa, incluso podría conocer la huella de carbono del producto.